La versión en español está después de la versión en inglés.
I have an extreme dislike of jet skis. At minimum, the roar of the engines is awful and invasive when you’re expecting to enjoy the sounds of the sea. But people can be so reckless. We even have lifeguards monitoring their behavior with a drone on the beach. But they can only do so much.
When we left for the medical center Wednesday afternoon, I noticed two jet skis being motored around wildly. When we returned from the medical center about 40 minutes later, there were two ambulances on the paseo. As we passed, we saw an area tented off on the beach, which is never a good sign. A 32-year-old French tourist was driving a jet ski with a friend as a passenger. The driver hit a wave hard, hit his head on the handlebars, and was thrown from the jet ski with serious head injuries. He went into cardiac arrest and rescuers spent 40 minutes on the beach trying to save him. He tested positive for alcohol and cocaine. The passenger was unharmed.
This is the second jet ski fatality in in Málaga in three weeks. A local woman, also 32, was a passenger on a 3-seater jet ski. Her hat blew off and when she unthinkingly went to grab it she fell into the water hitting her head as she went.
I know many people absolutely love the machines, but there are so many much safer (and quieter) ways to enjoy the sea. Are there jet ski enthusiasts reading?
Tengo una aversión extrema a las motos de agua. Como mínimo, el rugido de los motores es terrible e invasivo cuando esperas disfrutar de los sonidos del mar. Pero la gente puede ser tan imprudente. Incluso tenemos socorristas monitoreando su comportamiento con un dron en la playa. Pero solo pueden hacer mucho.
Cuando salimos para el centro médico el miércoles por la tarde, noté que dos motos de agua estaban siendo conducidas salvajemente. Cuando regresamos del centro médico unos 40 minutos después, había dos ambulancias en el paseo. Cuando pasamos, vimos un área de tiendas de campaña en la playa, lo que nunca es una buena señal. Un turista francés de 32 años conducía una moto de agua con un amigo como pasajero. El conductor chocó con fuerza contra una ola, se golpeó la cabeza con el manillar y salió despedido de la moto de agua con graves heridas en la cabeza. Sufrió un paro cardíaco y los rescatistas pasaron 40 minutos en la playa tratando de salvarlo. Dio positivo por alcohol y cocaína. El pasajero resultó ileso.
Esta es la segunda víctima mortal de una moto de agua en Málaga en tres semanas. Una mujer local, también de 32 años, viajaba como pasajera en una moto acuática de 3 plazas. Su sombrero voló y cuando sin pensarlo fue a agarrarlo, cayó al agua golpeándose la cabeza al pasar.
Sé que a muchas personas les encantan las máquinas, pero hay muchas formas mucho más seguras (y silenciosas) de disfrutar del mar. ¿Hay amantes de las motos de agua leyendo?