La versión en español está después de la versión en inglés.
WHEN WE ARRIVED IN SEVILLA in 2011, we were fortunate to have met an American couple who had just taken a one-year break there after falling in love with the city. They sometimes had a peculiar perspective but they gave us some good recommendations and introduced us to a local who became a really good friend and an exceptional resource.
In one of our first conversations with the Americans, although I don’t remember what we were in the market for, we were told, “Oh, just go to the Chinese for that.”
‘The what?!?’ we responded in shock.
It was explained to us that the discount stores were “all owned by ‘Chinese’ and so everyone just calls them ‘El Chino’.” It seemed offensive to us, so we avoided the term. Ironically, there was one of those shops right on our plaza with the official name (on the signage): “El Chino.”
Our friend Kathleen appropriately calls them bazars, which is what they are (bazar in contemporary Spanish means variety store).
To add to the confusion, that same American acquaintance in Sevilla told me about a “great Chinese” across from the former train station. She said it was owned by an Indian family. I asked facetiously, “Why don’t you call it ‘The Indian,’ then?” She didn’t get it and responded, “No, it’s a Chinese.” Bizarre!
I think I’ll stick with ‘bazar’. The first photo is from Google maps of the bazar that was called El Chino on our plaza in Sevilla. The rest are examples from my walks around Fuengirola.
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CUANDO LLEGAMOS A SEVILLA EN en 2011, tuvimos la suerte de haber conocido a una pareja estadounidense que acababa de tomarse un descanso de un año allí después de enamorarse de la ciudad. A veces tenían una perspectiva peculiar, pero nos dieron algunas buenas recomendaciones y nos presentaron a un local que se convirtió en un muy buen amigo y un recurso excepcional.
Sin embargo, en una de nuestras primeras conversaciones con los estadounidenses, aunque no recuerdo para qué estábamos en el mercado, nos dijeron: “Oh, ve a los chinos para eso”.
“¿¡¿Que qué?!?”, respondimos en estado de shock.
Se nos explicó que las tiendas de descuento eran “todas propiedad de chinos, por lo que todo el mundo las llama ‘El Chino’”. Nos pareció ofensivo, así que evitamos el término. Irónicamente, había una de esas tiendas justo en nuestra plaza con el nombre oficial (en la señalización): “El Chino”.
Nuestra amiga Kathleen los llama apropiadamente bazares, que es lo que son.
Para aumentar la confusión, ese mismo conocido estadounidense en Sevilla me habló de un “gran chino” frente a la antigua estación de tren. Dijo que era propiedad de una familia india. Le pregunté en broma: “¿Por qué no lo llamas ‘El indio’, entonces?” Ella no lo entendió y respondió: “No, es un chino”. ¡Extraño!
Creo que me quedaré con “bazar”; la gente tendrá que ponerse al día. La primera foto es de los mapas de Google del bazar que se llamaba El Chino en nuestra plaza de Sevilla. El resto son ejemplos de mis paseos por Fuengirola.
NOTA:
En inglés, bazaar significa bazar. Bizarre signífica extraño. Bazaar y bizarre se pronuncian de la misma manera.

En nuestra plaza de Sevilla. No sé si todavía están en el negocio, pero cuando vivíamos allí se llamaba “El Chino”.






“Julia” tuvo tanto éxito que se expandieron al otro lado de la entrada del edificio. Solo abrieron un lado este verano (y necesitan reemplazar su letrero).



