La versión en español está después de la versión en inglés.
Today started with a trip to the medical center here in Fuengirola, a 25-minute walk, to have blood drawn. San Geraldo and I call it “lab work” or “blood work,” but here it’s called “analysis.” So, I was analyzed this morning. Obviously I don’t know the results yet, but I do know when I returned from the toilet with my cup of urine, one of the nurses was overcoming a bit of panic. While I was gone the nurse doing the data entry noticed that they had attached my lab work to the wrong patient. This is the story I was told: The paperwork nurse told the nurse who knows me well, “This is the wrong patient. The name we have here is for someone nearly 69 years old.” The first nurse, looked at my records and said, “No. That’s him.” The other questioned, “Could he really be almost 69 years old?!?” I proudly told her it was no mistake, although I currently feel around 117. They said they both thought I was in my early 50s. If I weren’t already married…
I bought another bunch of ranuncula last week. With daily fresh water and trimming, the previous flowers were stunning for more than a week (click here). This time, they didn’t last a day. I should have gone back to the flower vendor, but I couldn’t be bothered. I’ll tell him the next time I see him.
Lunch is done and I’m about to have another siesta. I’m not a huge fan of siestas, but even the nurse today told me to be kind to myself; the recovery from pneumonia can be slow. I wish I could get a weekly polish and buff, like the Fuengirola sign. Enjoy the cactus flowers on the terrace and the flowering trees from my walk home.
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Hoy comenzó con un viaje al centro médico aquí en Fuengirola, una caminata de 25 minutos, para “análisis de sangre.” Obviamente, aún no sé los resultados, pero sí sé que cuando regresé del aseo con mi taza de orina, una de las enfermeras estaba superando un poco el pánico. Mientras estaba fuera, la enfermera que ingresaba los datos notó que habían adjuntado mi trabajo de laboratorio al paciente equivocado. Esta es la historia que me contaron: la enfermera encargada del papeleo le dijo a la enfermera que me conoce bien: “Este es el paciente equivocado. El nombre que tenemos aquí es para alguien de casi 69 años”. La primera enfermera miró mis registros y dijo: “No. Ese es el.” La otra cuestionó: “¿Podría realmente tener casi 69 años?” Con orgullo le dije que no era un error, aunque actualmente me siento alrededor de 117 años. Dijeron que ambos pensaban que tenía poco más de 50 años. Si no estuviera ya casado…
Compré otro manojo de ranúncula la semana pasada. Con agua fresca y recortes diarios, las flores anteriores quedaron deslumbrantes durante más de una semana (haz clic aquí). Esta vez, no duraron ni un día. Debería haber vuelto con el vendedor de flores, pero no podía molestarme. Se lo diré la próxima vez que lo vea.
El almuerzo ha terminado y estoy a punto de tomar otra siesta. No soy un gran fanático de las siestas, pero incluso la enfermera hoy me dijo que fuera amable conmigo misma; la recuperación de la neumonía puede ser lenta. Ojalá pudiera pulirme y pulirme semanalmente, como el letrero de Fuengirola. Disfrute de las flores de cactus en la terraza y los árboles en flor de mi camino a casa.
• El letrero de Fuengirola se pule a mano semanalmente.
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