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La versión en español está después de la versión en inglés.

The electrical surges through my left leg have eased up quite a bit, but my lower back is a major pain (still sciatica). Thankfully, sleeping is not a problem. Although changing my position is. And I often change my position. The sticky throat is much better. Not perfect, but it doesn’t keep me awake. I spent yesterday feeling sorry for myself. Woe is me, I have a sore back and a sticky throat. Oh, I didn’t mention my right knee has been paining me, too. Maybe I twisted it during one of the electrical shocks.

John Gray (click Going Gently) told a story yesterday of his cat, Albert, “leaving a vomit pile on the landing which I stood in, in bare feet.” A day later he said, “The cold sick is still sitting on the landing with my footprint inside it.” That reminded me of San Geraldo. Everything does.

When we had our B&B-style hotel in Palm Springs (2000–2003), I went to New York to visit The Kid Brother and My Mother The Dowager Duchess. When I arrived back at Palm Springs Airport five days later, SG told me Dobie (our hefty, long-haired cat who was constantly bringing up hairballs) had thrown up in the living room and SG couldn’t stomach cleaning it up, so he placed a paper towel over it until I got home. I returned to about a half dozen paper towels scattered around the living room. “How long have these all been here?” I asked. “The last was yesterday. The first one was the day you left,” SG replied. I said, “Well, they’re probably dried to powder by now.” I lifted the first paper towel and proved my theory correct. “You can just vacuum these up.” I’m grateful he doesn’t have the same problem with poop. He cleans the litter box every day.

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Las descargas eléctricas a través de mi pierna izquierda se han aliviado un poco, pero mi espalda baja es un gran dolor (todavía ciática). Afortunadamente, dormir no es un problema. Aunque cambiar mi posición lo es. Y a menudo cambio mi posición. La garganta pegajosa es mucho mejor. No es perfecto, pero no me mantiene despierto. Pasé ayer sintiendo pena por mí mismo. Ay de mí, tengo dolor de espalda y garganta pegajosa. Oh, no mencioné que mi rodilla derecha también me ha estado doliendo. Tal vez lo torcí durante una de las descargas eléctricas.

John Gray (clic Going Gently) contó ayer una historia de su gato, Albert, “dejando un montón de vómito en el rellano en el que yo estaba descalzo”. Un día después dijo: “El enfermo de frío todavía está sentado en el rellano con mi huella dentro”. Eso me recordó a San Geraldo. Todo lo hace.

Cuando teníamos nuestro hotel estilo B&B en Palm Springs (2000–2003), fui a Nueva York a visitar El Hermanito y Mi Madre La Duquesa Viuda. Cuando regresé al aeropuerto de Palm Springs cinco días después, SG me dijo que Dobie (nuestro gato fornido de pelo largo que constantemente sacaba bolas de pelo) había vomitado en la sala de estar y SG no podía soportar limpiarlo, así que él simplemente coloqué una toalla de papel sobre él hasta que llegué a casa. Volví a una media docena de toallas de papel esparcidas por la sala de estar. “¿Cuánto tiempo han estado todos estos aquí?” Yo pregunté. “La última fue ayer. Los primeros fueron el día que te fuiste”, respondió SG. Dije: “Bueno, probablemente ya estén secos hasta convertirse en polvo”. Levanté la primera toalla de papel y probé que mi teoría era correcta. “Puedes simplemente aspirar esto”. Estoy agradecido de que no tenga el mismo problema con la caca. Él limpia la caja de arena todos los días.