La versión en español está después de la versión en inglés.
I enjoyed a morning at Mesón Salvador yesterday with San Geraldo, Maria, Christina and Alfonso. I bought Cristina a sticker book when we visited Colchester Castle in November (click here). I gave it to her to enjoy while we visited. Somehow, it became a joint project. The two of us simply had to do it together. I spent the rest of the day back in bed. I’m feeling so much better but I run out of steam very quickly. I might even go back to bed now until lunch.
Moose is doing well. Dudo is not completely healed and still has to wear his cone. He’s now got a cold as a result of the meds he was on.
I spoke with The Kid Brother Tuesday night. Mid-conversation, he reminded me I hadn’t logged his bowling scores for the week. I opened the spreadsheet and got ready.
“First game,” he began, “1-1-7.”
“117,” I repeated, “nice first game, and the second game?”
“Two-one-two.”
“212? Wow!!!”
“Listen!,” he demanded, “Two-one-two… one-one-two… one-two-two!”
Deep breath “Oh, one-two-two. 122?”
“That’s what I said!”
“So your total for the week is…”
He is able to add the two games together and says, “238.”
“117 and 122 make 239.”
“No. It’s 238. I just told you!”
“The second game was 122?”
“That’s what I said! What are you tryin’ to do?”
“Well, 117 plus 122 equals 239.”
“Would you cut that out?!? I told you it’s 238!”
“OK, Kid, first game is 117.”
“That’s right!”
“Second game?”
“Oh, here we go again!”
“Wait. Was the second game 1-2-1?”
“That’s what I’ve been tellin’ ya, knucklehead!”
“Who are you calling knucklehead? You told me 1-2-2!”
“Oh, one of these days!”
“So 117 and 121. A total of 238 and an average of 119.”
“That’s what I’ve been tryin’ to tell you, you nut!”
It’s no wonder I need a nap. The top photo shows the two of us in our early days wearing our thinking caps.
Ayer disfruté de una mañana en el Mesón Salvador con San Geraldo, María, Cristina y Alfonso. Le compré a Cristina un libro de pegatinas cuando visitamos el castillo de Colchester en noviembre (haz clic aquí). Se lo di para que lo disfrutara mientras visitábamos. De alguna manera, se convirtió en un proyecto conjunto. Pasé el resto del día en cama. Me siento mucho mejor pero me quedo sin fuerzas muy rápidamente. Incluso podría volver a la cama hasta el almuerzo.
Alce está bien. Dudo no está completamente curado y todavía tiene que usar su cono. Ahora está resfriado como resultado de los medicamentos que estaba tomando.
Hablé con El Hermanito el martes por la noche. En mitad de la conversación, me recordó que no había registrado sus puntuaciones de bolos durante la semana. Abrí la hoja de cálculo y me preparé.
“Primer juego”, comenzó, “1-1-7”.
“117, ¿buen primer juego y segundo juego?”
“Dos uno dos.”
“¿212? ¡¡¡Guau!!!”
“¡Escucha!”, exigió, “¡Dos-uno-dos… uno-uno-dos, uno-dos-dos!”
Respira hondo “Oh, uno-dos-dos. ¿122?”
“¡Eso es lo que dije!”
“Así que el total de la semana es…”.
Puede sumar los dos juegos y dice: “238”.
“117 y 122 suman 239”.
“No. Son 238. ¡Te lo acabo de decir!”
“¿El segundo juego fue 122?”
“¡Eso es lo que dije! ¿Qué estás intentando hacer?”
“Bueno, 117 más 122 es igual a 239”.
“¿¡¿Podrías eliminar eso?!? ¡Te dije que son 238!”
“Bueno, chico, el primer juego es el 117”.
“¡Así es!”
“¿Segundo juego?”
“¡Oh, aquí vamos de nuevo!”
“Espera. ¿El segundo juego fue 1-2-1?”
“¡Eso es lo que te he estado diciendo, tonto!”
“¿A quién llamas tonto? ¡Me dijiste 122!”
“¡Oh, uno de estos días!”
“Entonces 117 y 121. Un total de 238 y un promedio de 119”.
“¡Eso es lo que he estado tratando de decirte, loco!”
No es de extrañar que necesite una siesta. La foto superior muestra a los dos en nuestros primeros días usando nuestras gorras para pensar.